Una tarde, me puse a reflexionar acerca de mi vida y qué era lo que quería para mi futuro, entonces, estaba pensando que un cambio radical le vendría bien a mi vida. Entonces, entre tantas ideas, se me ocurrió lo que a la mayoría se le ocurriría, que es buscar una nueva cotidianidad por lo menos por un tiempo. Lo que quería en ese entonces no era precisamente vivir una vida de santidad ni de altruismo, más bien lo contrario, porque siento que he dado tanto a los demás y tan poco para mi, que necesito urgentemente hacer algo que me saque de tanto cansancio. Sí, ciertamente, estuve pasando por una seria crisis existencial bastante duro en la que pensé que mi vida ya no tenía sentido. Entonces fue allí donde tuve que tomar una decisión de una vez por todas. Estuve viendo varias opciones para escapar de esta situación desventurosa que me aquejaba. Me puse a ver la situación de los países latinoamericanos y no me llamó la atención para nada. Estados Unidos me gusta nada más para turismo, pero todo es un poco más complicado por el modo de vida que se lleva; y en Europa las cosas no me motivan tanto.
Un día estaba en turismo por YouTube y se me presenta un video sobre Australia, hecho que me dio mucha intriga, me mataba la curiosidad. Luego de varios videos y consultas, me decido definitivamente a explorar ese nuevo territorio. Investigué sobre todo lo necesario para ir y al final opte por asesoría por parte de profesionales especialistas en la materia, capacitados precisamente para informarme sobre lo que tengo que hacer, requisitos, visas, y muchas otras cosas más.
Ya yo había ahorrado gran parte de mi vida para esta posibilidad que antes veía lejos, pero me llegó el día. No quería complicarme tanto en trámites burocráticos complejos, sino más bien conseguir algo fácil y rápido y me recomendaron una visa de estudiante. Y yo pensaba: “¿Es en realidad lo que necesito o estoy a punto de cometer una locura?”, pero pensé en lo que me había planteado. Confieso que estuve a punto de no hacerlo, pero después mi hermana me animó a hacerlo porque era más bien una inversión para el resto de mi vida.
Debo acotar que soy venezolano, pero mis dos padres son españoles, por lo que tuve la suerte de tramitar mi nacionalidad europea y a los diez años de edad migré para España. No se imaginan todo lo que me ahorró esto último porque en el caso de este país, hay una dinámica distinta para permisos y visas, un poco más complicada, muy contrario a lo que se puede vivir teniendo nacionalidad española.
Mi nivel de inglés era aceptable, pero necesario de perfeccionar, por lo que eso fue lo que elegí como mi plan de estudios. Lo interesante de estudiar en Australia es que te dan la oportunidad de trabajar jornadas de 20 horas semanales cuando se está en periodos lectivos o dicho de otra manera, asistiendo a clases; pero estas horas pueden aumentar cuando estas en vacaciones.
Llegué a Brisbane, no por nada en particular sino porque el curso que compré se llevaría a cabo allí. Fueron pasando los días y cada vez me iba enamorando de esta hermosa ciudad. Es bastante agradable por absolutamente todo lo que la compone y más que todo la comodidad y la eficiencia de sus medios de transporte. La ventaja de estudiar un idioma donde es nativo, es que, considerando de esta manera, estás practicando en todo momento y no hay momentos libres. En mi caso, mientras más iba aprendiendo, me sentía más cómodo y más compatible con la sociedad, y llegó el momento deseado en el que mis pensamientos también eran en inglés. Todo esto me enseñó que cuando se está dispuesto siempre a nuevos retos, las recompensas son aún más gratificantes.