Me llamo Juan Tomás tengo 20 años y como muchos jóvenes internacionales decidi viajar a Australia para estudiar y trabajar. Cuando la maleta estuvo se la mostré a mi mamá ¡Dios mío! exclamó ¿Cómo que te vas? Lo tenía todo en secreto: El boleto, la visa estudiante, el seguro médico ¡Todo!
Sabía que mi familia pondría el grito al cielo, por eso planifique mi proyecto de vida en silencio. Guiado por un mapa y mi intuición llegue a Melbourne estado de Victoria que me envolvió de inmediato en su ambiente fresco.
Miró hacia el cielo, el sol empezaba a calentar esa mañana de invierno, lo primero que me impresionó fue el singular contraste de sus grandes rascacielos, había logrado dar el paso más importante de mi vida: Viajar a Australia.
¿Cuál fue tu primer empleo en Australia?
Me proponía encontrar un trabajo sencillo y bien pagado, aunque no lo tenía claro del todo podía ser como delivery flyers para varios comercios, pensé, una manera cómoda de iniciar, haría dinero para pagar mis gastos.
¡Manos a la obra! Así que empecé por consultar en las páginas web la opción de empleos hasta que me tope con mainwaring.com.au vi las ofertas de trabajo, continué, vi a flyerdelivery.com.au
Me pareció fácil encontrar como repartidor de panfletos para una tienda grande de regalos, una perfumería y una venta de ropa para damas y caballeros. ¡Qué divertido! Trabajar de flyer delívery en Australia.
Era sólo un punto entre los tantos que me había trazado en el plan para ser el mejor en lo que me propusiera, así que a estudiar un curso de inglés en Melbourne. Me inscribí en Einstein Collage of Australia para mejorar mis conocimientos de inglés general, por 20 horas a la semana.
Iba por muy buen camino, pues ganaba más de un salario mínimo en Australia casi dos veces $19,40 AUD por hora, lo que en mis vacaciones sería más alto, cuando laboraría por 40 horas, a tiempo completo, como lo puede hacer un estudiante.
Sabía que mis ganas de lograr mi objetivo estaban ligadas a la audacia que imprimiera a mi labor y a su vez proporcionalmente ligada con el sueldo por la cantidad de folletos que repartiera, que para mi fue elevado así que el esfuerzo ¡Valió la pena!
Nunca te desanimes en el camino por alcanzar tus objetivos
Mi familia no comprendía el motivo por el cual me dedicaba a ser un flyer delivery en Australia, aunque era una buena opción pues no sabía que aspiraba tener otro cargo una vez que logrará perfeccionar al máximo el nivel de inglés.
En vez de desvanecer mi deseo de superación, la falta de comprensión familiar me subió aún más el ánimo y las ganas de superarme, mejoraba cada vez más en cada una de las clases.
Mis compañeros de aula quedaban sin habla cuando escuchaban mi acento tan perfecto como el de mi profesor ¿Cómo hace? Dijo uno a su amigo más cercano. Practicar en cada momento, con cada persona ¡A cada instante del día! Así lo logre era el primero en mi clase, y me calle mi triunfo estudiantil hasta recibir el certificado III.
Como muchos jóvenes internacionales que deciden viajar a Australia para estudiar y trabajar, busque un empleo fácil para dedicarle más tiempo a mis estudios, a pesar de dominar el inglés lo suficiente para desempeñar un puesto de más responsabilidad.
Además ¿Cómo podía cambiar ese horario? Tan cómodo que me permitía fusionar mi curso con mi empleo ¡Facilito! Me paraba en las esquinas más transitadas y con mi mejor sonrisa ofrecía los flyers.
¿Dónde te alojaste y que te impacto de la cuidad?
Sabía que con mi actitud emprendedora llegaría tan lejos como me lo propusiera, no me importaba ser repartidor de publicidad, siempre y cuando mi futuro fuera prometedor.
¡Efectivamente! Mi sueño era vivir en Australia ¡Lo había logrado! Por los momentos me concentraba en trabajar en Australia para tener el dinero que me permitía hacer mi estadía cómoda.
Vivía en el barrio Richmond, bastante céntrico, el alquiler no era caro. Estaba cerca de un gran número de comercios dedicados a la hostelería donde conocí a un grupo de jóvenes que compartían mis inquietudes a pesar de tener otras nacionalidades.
A menudo me divertía en el China Town donde disfrutaba de música en vivo, restaurantes con comida diferente a la que me preparaba los días de semana, además de caminar por el Barkly Gardens, la zona del río, y al sur South Yarra.
Al norte se ubica Fitzroy, otro barrio conocido por los estudiantes internacionales que se alojan allí, que además está muy cerca de la Universidad de Melbourne, donde pensaba ingresar a mediano plazo.
Una mañana de sábado decidí recorrer el Royal Botanic Gardens, me pareció ¡Tan asombroso! Por sus especies exóticas, jardines de ensueño, caminos alrededor de árboles, lagos, toda una ilusión óptica, aunque ¡Real!
Llegue a la sede del Australian Ballet y la Melbourne Theatre Company, más maravillado aún por ser para él poco conocido en su singular aguja, la identificación formal y artística de Melbourne.
Con ciento sesenta y dos metros de altura e iluminada cada una de las noches a través de una innovadora manera de exponer a miles de metros de fibra óptica, con miles de lampas led ¡Toda una novedad!
No dejaba de admirar el ambiente que me rodeaba entre la multitud de edificios de inmenso valor patrimonial, estatuas y monumentos que hicieron que fueran mis paseos preferidos por Melbourne.
Era la gran ciudad a la que había llegado hacía un año, agradecía las horas que había dedicado a mis estudios de inglés el cual dominaba en su totalidad.
De delivery flyer había pasado a ser el primero en mi clase, ahora buscaba un trabajo como traductor de inglés en una escuela de secundaria para iniciar mis estudios como ¡Profesor de inglés en Australia!